El AMOR 12 modelos astrológicos diferentes

Venus en CAPRICORNIO
Posible si eres: Sagitario, Capricornio o Acuario.
El amor profundo de por vida…pero algo melancólico y tristón. El hombre o la mujer con una Venus Capricorniana buscará fundamentalmente la estabilidad. Como siempre tiene indeleblemente estampada la sombra del desprecio o el abandono (todo en este signo es permanente) suele tener miedo a expresarse en el amor. Es tímido/a y necesita un poco de tiempo para soltarse. Le atraen las personas sensatas y correctas que no gasten excesivas bromas sobre el amor, porque aunque su propio sentido del humor es excelente, todo lo que gira sobre el tema amoroso le causa desconfianza. Le tranquiliza la madurez y por eso suele buscar a alguien mayor, aunque también es porque eso elimina, en parte, la posibilidad de un rechazo. No es especialmente interesado pero tiene en cuenta las “conveniencias”, lo que es formal y apropiado, por tanto sus relaciones serán siempre las adecuadas y aceptables socialmente. Pendiente de su reputación, ambos sexos buscaran al candidato idóneo: primero tiene que complacer a sus familias y amigos, segundo tiene que ofrecer una estabilidad material, tercero tiene que garantizar la continuidad y perpetuación de la especie en un molde socialmente clásico y tradicional; para lo último quedan las compatibilidades emocional y física, pero en este termino el/la nacido/a con esta posición suele ser extraordinariamente adaptable. Todo esto quiere decir el matrimonio como Dios manda. Los aventureros y las sirenas fascinantes espantan a quien tiene Venus en Capricornio. Los hombres buscarán la mujer formal que complacería a mama porque es su vivo retrato. Las mujeres realizarán un estudio de mercado antes de comprometerse. Su mejor rasgo compartido. Su exquisito sentido del humor y su lealtad perdurable. Y lo que nadie se espera es que, una vez abiertos a la intimidad, son sorprendentemente sexuales.
Primer mandamiento a tener en cuenta: Las cosas se hacen como se hicieron desde siempre, en todo, en el amor y en el sexo también.
Lo que no debes hacer jamás: sorprenderle con una excentricidad romántica o avergonzarle públicamente sobándole con besuqueos